Como muchos otros, Víctor Barral comenzó su aventura como constructor de instrumentos, siendo primero tocador de ellos. Fue allá por 1989. Tocaba junto a sus dos hermanos, Santiago y Carlos en varios grupos y un día su bodhram se rompió. No había en España nadie que lo pudiera reparar. Ni siquiera nadie que le construyese uno nuevo. Así es como se decidió a desmontarlo y ponerse manos a la obra.

A partir de entonces comenzó a reproducir nuevos instrumentos tradicionales que o bien sacaba de libros antiguos o de dibujos que le facilitaban las personas que le hacían el encargo. Fue así como poco a poco fue haciéndose con un catálogo que va ampliando: panderos redondos y cuadrados, doira, pandero azerbajan, bendhir, tar, duff, riqq, panderetas gallegas y castellanas, kanjira, tambores tradicionales e históricos, tejoletas, etc.

Más tarde, llegó a la conclusión de que algo les faltaba a los instrumentos de percusión de marco disponibles en el comercio (la posibilidad de tensarlos y destensarlos según la climatología donde se fuesen a tocar) y decidió solucionarlo. Fue entonces cuando diseñó y patentó el Sistema Tensor Integrado STI para instrumentos de percusión, que permite tensar y destensar el parche por medio de un mecanismo metido en el marco del instrumento. Pocos años después patentó un nuevo sistema de tensores también integrado en el marco, esta vez orientado a instrumentos con parche montados en arillos de aluminio.  Este sistema se reveló en años posteriores como la tendencia a seguir en la forma de construir instrumentos de percusión de baquetas: integrando aros de madera en cascos de madera para unificar los armónicos del conjunto.

En el año 2005 comenzó a confeccionar foles para gaitas gallegas, asturianas, escocesas, boto aragonés y sac de gemec.